martes, 6 de diciembre de 2011

Libros mágicos y extraños


 Usando un criterio amplio, se puede afirmar que un libro que enseña operaciones mágicas, es un libro mágico. En obras más exigentes pediremos que su lectura o manipulación opere prodigios, en este último sentido la biblioteca resultante es más bien escasa.

Nicolás Flamel que era un alquimista del siglo XIV da cuenta de un libro que al parecer había sido editado en el infierno, para el honrado buscador de extravagancias los textos herméticos  resultan menos ilustrativos que tediosos.
Nicolás Flamel

Obvias alegorías, recurrentes instituciones, intimidaciones verbales, etc. Éste que cita Flamel era dorado y viejo, las hojas no eran de papel ni de papiro sino de fina corteza de árbol joven. Estaba encuadernado en cobre y la tapa estaba cubierta de unos caracteres indescifrables. Se componía de tres fascículos de siete hojas cada uno, la séptima hoja aparecía siempre en blanco en clara alegoría al descanso divino luego de la creación. Los textos adornados con bellísimas ilustraciones estaban escritos el latín con una rebuscada caligrafía.

En la portada se leía en grandes letras: “El judío Abraham príncipe levita sacerdote y astrónomo saluda y bendice al pueblo judío que la ira de Dios dispersó por toda la Galia” el resto de la página proseguía lleno de horribles maldiciones para quien osara leer el libro.
Las maldiciones son énfasis destinados a aumentar la fe del lector, mas que a espantarlo.
Según Flamel, a partir de la tercer hoja se explicaba en sencillas palabras como transformar los metales en oro. Al parecer esta revelación tenía como objeto ayudar al pueblo cautivo a pagar sus impuestos durante veintiún años el alquimista realizó miles de experimentos, lo ayudaba en ellos una joven señora llamada Perenelle.

Flamel y Perenelle

El 25 de Abril de 1382 a las cinco de la tarde, Nicolás Flamel transformó una cantidad de mercurio en casi la misma cantidad de oro, la explicación que dejó de aquel hecho es perfectamente inútil y figura en otro libro que escribió él mismo llamado “Libro de las figuras Jeroglíficas”.
Finalmente el hecho prodigioso que operó el viejo libro infernal, la maldición se cumplió, y Flamel murió misteriosamente mientras buscaba el arcano que prolonga la vida o sea el elixir de la eterna juventud.

Algunos aseguran sin embargo que Flamel no murió, el conde de San Germain, decía que en el siglo XVIII era cosa común verlo caminar por París… del libro fatal no volvieron a tenerse noticias.

Otro libro…

“La Sibila de Cumas” se presento en Roma durante el reinado de Tarquino el soberbio, uno de los siete reyes de Roma, traía nueve colecciones de oráculos milagrosos. Su propósito era  vender estos libros al rey, pero Tarquino encontró excesivo el precio y no los quiso.

Sibila de Cumas

La Sibila insistió y a cada negativa de Tarquino quemaba tres colecciones, al fin el rey se decidió a comprar las tres últimas y las depositó en el templo de Júpiter capitolino. La Sibila iba aumentando el precio y finalmente tarquino pago por esas tres últimas lo que le habría costado toda la colección…

Tarquino de Roma

Durante la república, es decir después de los reyes, y hasta  la época de Augusto, el primer emperador, estos libros fueron tenidos por milagrosos y se los consultaba en caso de graves dificultades o desgracias. El resultado de estas consultas era que las calamidades desaparecían como por encanto, salvo cuando se interpretaban erróneamente las respuestas, cosa que en realidad sucedía con la mayor frecuencia…

Me atrevo a opinar que el prestigio de estos rollos nace del hecho de haber sobrevivido al fuego, es inevitable cierta devoción por los textos salvados de una catástrofe, de modo especial cuando los perdidos son mayoría.

Todos sabemos que las nueve décimas partes de los libros de la antigüedad clásica están perdidos, y estas circunstancias nos hacen venerar los libros a los que han llegado hasta nosotros, aunque nos aseguren que no son los más meritorios.

Hay incluso la posibilidad de una literatura nacida en ruinas, es decir, nada se ha perdido, todo fue  escrito así, con párrafos faltantes y mintiendo el extravío de palabras que nunca fueron escritas…

El legendario “Libro del olvido”
Como ustedes sabrán avanzar en este libro es  ir limpiando la muerte de recuerdos, y la última página ya nos deja limpios de ayeres. La leyenda asegura que este libro tiene un texto cualquiera. A lo mejor es uno de los millones de ejemplares que hay de “La dama de las Camelias”, pero ese ejemplar y solo ese es en verdad el libro del olvido, y el lector no lo sabe, y mientras van conociendo las aventuras de la protagonista, se interna en el brumoso país de la desmemoria.

Sin embargo no se sabe de nadie que haya completado su lectura, desde luego quienes lo  hicieron lo olvidaron y esta misma  circunstancia impide la  localización del libro, cuya apariencia, estado y ubicación también han sido olvidados.

Algunos dicen que hay más de un “Libro del olvido”, y que son muchos los ejemplares mágicos que anulan los recuerdos, hay también quienes leen para olvidar una pena, entonces recorren bibliotecas enteras con la esperanza de encontrarlo.
La "Dama de las Camlias" fue escrita por Alejandro Dumas hijo

Finalmente están los que se preguntan si todos los libros no serán el “Libro del olvido”, si no es cierto que toda memoria no está destinada  borrarse, que toda pena desparecerá del peor modo, que somos un relámpago en la noche eterna.

Extracto leído por Alejandro Dolina en “La Venganza será terrible”

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